Me gustaría compartir una experiencia extraordinaria que tuve con una paciente en mi clínica de osteopatía. Llegó abrumada y ansiosa tras su última cita con el médico. Le había informado de que sus análisis de sangre habían vuelto a dar positivo en Staphylococcus aureus, y que se enfrentaba a otra ronda de antibióticos e inyecciones. La angustia de tener que volver a pasar por esto era evidente en su rostro.
Como su osteópata, le presenté los electrodos Biotrohn y le expliqué cómo la tecnología podía ayudarla en su tratamiento. Me di cuenta de su escepticismo, pero estaba dispuesta a probar cualquier cosa para evitar más antibióticos, que había estado tomando durante dos largos años.
Comenzamos la sesión programando el Biotrohn para Staphylococcus aureus. Tras el tratamiento, la animé a volver a su médico en tres días para un seguimiento.
Cuando me llamó tres días después, pude oír la alegría en su voz. Me dijo que los resultados de las primeras pruebas habían sido negativos. Era difícil de creer después de todo lo que había pasado. Aunque todavía tenía que esperar a otra prueba de laboratorio, el resultado negativo inicial fue un gran alivio.
Después de dos años luchando contra esta infección y recurriendo a los antibióticos, una sola sesión con el Biotrohn había supuesto una diferencia significativa. No sólo la ayudó a ella, sino que también supuso un alivio para toda su familia, que también se había visto afectada por la situación.
Estoy increíblemente agradecida por la oportunidad de ayudarla en este viaje. Es maravilloso ser testigo de cambios tan positivos en la vida de mis pacientes y estoy deseando ayudar a más personas a mejorar su salud.