Me gustaría compartir mi sorprendente testimonio. Soy veterinaria y en mi práctica clínica nunca había utilizado esta clase de dispositivos. Pero se me ofreció la posibilidad de probar el Plasmatrohn durante unos días. Decidí enfocarme en una perra con la que habíamos probado todo tipo de tratamientos y el pronóstico de su mastocitoma seguía siendo desfavorable. La perra se portaba súper bien cerca de la máquina, es más, creo que hasta se relajaba. Después de 7 sesiones, el mastocitoma se había reducido al mínimo! Su dueña no daba crédito pero no podía estar más feliz. Sin duda tengo pensado adquirir un Plasmatrohn en mis próximos presupuestos para continuar en este apasionante camino que se ha abierto ante mí.